miércoles, 4 de mayo de 2011

Videobeam!!

No hace falta un diccionario para que el concepto de vídeo proyector se nombre a sí mismo. Pero es sin duda indispensable señalar que el vídeoproyector ha tenido desde su creación un desarrollo en su tecnología en verdad maravilloso.
Justamente entonces hagamos un poco de historia a fin de apreciar el avance alcanzado en su tecnología. Los primeros paso en vídeo arte se ubican en la segunda mitad del decenio de los años sesenta, momento de rupturas y replanteos ideológicos, estéticos, políticos, etc. Existe en estos momentos una revisión de los medios artísticos y de expresión en general, respecto de lo que se había venido desarrollando desde los inicios mismos de la puesta en imagen, a fines del siglo XIX cuando surge el cine, en la fusión de la fotografía y la captación de imágenes en movimiento a través del kinetoscopio.
Según la opinión de algunos analistas, la aparición del videoproyector provocó el desplazamiento de la mirada fetiche desde el monitor gigante hacia el vídeo, ya casero, ya experimental, ya de investigación. Es que el vídeoproyector permite acercar imágenes en tiempo real, imágenes reales en tiempos reales: fue a fines de los sesenta y principios de los setenta que el vídeo arte comienza a explorar y explotar estas imágenes en las que se puede ver, instantáneamente en el monitor lo
que ocurre en tiempos reales. Verdaderas performances recrean espacios y tiempos reales a través de los vídeo proyectores. Así el vídeo arte rebasó al propio vídeo proyector y sus primeros monitores similares a los de la televisión: las proyecciones en los primeros años de los setenta pasan a ser verdaderas exhibiciones sobre paredes inmensas, y fusionadas con presentaciones de otras formas artísticas, como escultura, pintura, lecturas de textos.



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